En primer lugar dale el play, luego lee.
Siempre he dicho que hay
películas y películas. Películas que nos hacen reír, llorar o reír y llorar a
la vez. Películas que nos hacen sufrir desde el principio hasta el final.
Películas que nos dan miedo y a pesar de todo aguantamos como valientes hasta
el final. Películas que nos divierten o películas que nos duermen. Películas en
las que te identificas o piensas que son fiel reflejo de tu realidad. Películas
que te enamoran o películas que sabes que jamás volverás a ver. Películas que
te entristecen o películas que te alegran el día. Películas que apasionan o
películas indiferentes. Películas en blanco y negro o películas a color. Películas
habladas o películas mudas. Películas que recordaras o películas que olvidaras.
Películas famosas o películas desconocidas. Películas de cine o películas de un
domingo cualquiera. Películas que recomendaras o películas que criticaras.
Películas que solo podrás ver una vez. Películas cuyo título te recordaran un
momento determinado o un tiempo pasado. Películas que harán que recuerdes a una
persona especial o la odies. Películas que te harán reflexionar. Sobre todo
REFLEXIONAR, ¿Quién no ha salido del cine pensando “me ha encantado”, “pues no
me he enterado de nada”, y así una larga lista de pensamientos y emociones? Estoy
convencida de que en menor o mayor medida las películas crean un antes y un
después en nosotros aunque sea tan pequeño el cambio que la mayoría de las
veces pasa desapercibido.
¿Pero qué pasa cuando una misma
película te hace reir, llorar, entristecerte, alegrarte y reflexionar a la vez?
¿Qué se puede sentir?
A veces vemos la felicidad pasar
delante de nosotros mismos, y la dejamos pasar en vez de aferrarla con fuerza.
No todo es INTOCABLE. Solo es cuestión
de palpar, sentir y dejarse llevar.
EL VALOR DE LA VIDA
Os invito a tomar asiento y disfrutar de una de las mejores películas que he visto.
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